19 de octubre de 2009

UN NIÑO EN TENSIÓN NO PUEDE ESCUCHAR A SU MAESTRO.


Ariel de 11 años concurre al 4º grado en escuela de recuperación.
Se lo observa todo el tiempo en movimiento, entra y sale del aula sin poder atenerse al encuadre escolar. Emite sonidos "aterradores" tipo gruñidos. Grita. Se interesa en acontecimientos relacionados con el terror; en su clase de Informática utiliza Internet para buscar episodios del tipo del exorcista, etc. Hasta aquí lo fenoménico. Ariel no puede atender a los escolar, a la rutina del aula y a las actividades planteadas por su maestra.

Apelar a los cuentos de terror en una modalidad de taller, permitió que Ariel desplegara los miedos más oscuros que lo atormetan.
El trabajo es abordado de manera individualizada.
En uno de esos días en que Ariel llega a la escuela con todo su desenfreno, sin poder parar de entrar y salir, sin poder dejar de insultar a quien lo irrite un poco, lo invito a escuchar un cuento de terror.
No sólo que pudo permanecer sentado, escuchando atentamente, sino que al finalizar el relato me propone contarme un cuento él. Acepto y le propongo paralelamente ir dibujando sobre una hoja bastante grande lo que él me fuera contando.
Su relato comenzó de manera similiar al cuento que yo le había relatado, hasta que en un punto de su historia comenzó a ponerle "su propio contenido". Una sombra detrás de sus espaldas que lo hacía gritar de espanto y pedir auxilio; una sombra que lo atormentaba apareciéndosele en toda escena, pero a la que al final pudo ponerle rostro: el de su padre.

Hasta aquí el trabajo de taller, que dejó a Ariel como a aquel que ha efectuado una catarsis, al mejor estilo de una experiencia purificadora. Recordemos que catarsis proviene del griego KATARSIS que significa purga o purificación. En Psicoanálisis, el método catártico permite al sujeto evocar situaciones traumáticas a las que se hallan ligados montos de afecto.

De esta manera, Ariel se relaja y puede volver a su aula preparado para escuchar. Un niño tenso (al decir de Alfredo Moffat*) no puede escuchar a su maestro.

Alfredo Moffatt, discípulo de Enrique Pichon Riviere.
http://www.moffatt.org.ar/

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