25 de octubre de 2010

LES CUENTO UNA EXPERIENCIA.

F. es un niño de 10 años que asiste a escuela de recuperación y comparte un grupo de 6 niños.
F. está "enojado", y su enojo posee fundamentos; proviene de una familia violenta y él traslada su violencia a la escuela. Después de varias intervenciones de los docentes y del equipo interdisciplinario, se arribó a la decisión de ofrecerle un espacio propio. Un lugar para encontrarse consigo mismo, para ser escuchado, para ser mirado y para ser contenido. El objetivo: ser "atendido", en el sentido de ofrecerle la mirada de un otro; que lo ayudase a poner en palabras esa pura acción. De esta manera, uno puede hacer a un costado el "ser violento" para comenzar a ver de qué se trata esa violencia que F. traslada a la escuela dejando marcas. Así, fue posible entender que esa "patada", ese "golpe", ese "insulto reiterado" tiene un sentido, va dirigido a alguien que no es precisamente ni el docente ni un par. Pero que de todos modos sale de ese cuerpo enojado y sufriente.

Muchas veces F. intentó utilizar ese espacio de taller para construir objetos, sin llegar a construir nada; intentó organizar materiales obteniendo como resultado una pura desorganización. Su frustración lo enojaba más aun. Otras veces, lo que construía lo terminaba destruyendo.

Inmediatamente, empezaron a aparecer cuestiones muy significativas, tales como: su desvalorización ("No sirvo para nada", "No hago nada bien"); su ansiedad ("Si no lo termino ahora lo rompo"); su enojo ("Esta bruja - hecha con crealina - ahora la tiro contra la pared y la hago m...")

Pasaron muchos encuentros en donde F. no podía entregar un producto, sólo "destruirlo" y con él "destruirse".

Pudimos comenzar a hablar de su enojo en relación a su padre que bebe y de su violencia; de su sufrimiento en ese contexto familiar; de sus ganas de cambiar y sin embargo no poder.

F. asiste contento a su espacio de taller; está logrando planificar, comenzar y concluir algún trabajo. Esto es bastante fluctuante, depende exclusivamente de sus estados de ánimo, sin embargo, F. se siente escuchado y mirado.

A veces, se trata tan solo de esto.

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